currículo y competencias
jueves, 25 de octubre de 2012
El Currículo
basado en competencias
Antecedentes
A principios de la década de
1970, Gerhard Bunk introduce el término competencia en los mundos educativo y
laboral. En 1973, McClelland desarrolla el concepto de competencia definido
como una característica subyacente de una persona que le permite demostrar un
desempeño en un determinado puesto. El concepto se adopta en países de la Unión
Europea con diversas acepciones. En Reino Unido el término se asocia a la
evaluación; en Alemania, se vincula a las definiciones profesionales globales,
haciéndose más énfasis en el proceso formativo; en Francia, como crítica a la
pedagogía tradicional basada y fundamentada en los conocimientos teóricos
escolares; en Holanda, dentro de una óptica de integración institucional y
descentralización de las responsabilidades formativas; en España, la
competencia se define como una combinación del sistema británico (normas de
referencia para la formación inicial) y del sistema francés (fomento de la
formación en la empresa) (Grooting, 1994).
Mertens (2000) sugiere que el
enfoque de las competencias surgió, en general, a raíz del requerimiento de las
empresas de promover el aprendizaje organizacional, la competencia y la
movilidad laboral. A partir de 1992 aparecen en Estados Unidos las competencias
en el sistema escolarizado, como lo indica el Informe de la Comisión SCANS para
América 2000. Lo que el Trabajo requiere de las Escuelas4, del Departamento del
Trabajo.
En la década de 1990 se consolida
la gestión del talento humano con base en competencias, en el marco del proceso
de Convergencia Europea de Educación Superior; se profundiza y da forma al
concepto de competencia aplicado al campo de la educación superior, que
facilita y se une al proceso de integración del crédito académico como criterio
rector del diseño curricular universitario. Se inicia así el proyecto de
convergencia europea conocido como Tuning, encaminado a establecer una base de
comparabilidad para la formación profesional.
En síntesis, la formación basada
en competencias parece inspirarse, principalmente, en dos razones:
A. La necesidad del trabajador o
trabajadora de obtener un servicio de formación para superar un resultado de
evaluación que demuestra un dominio insuficiente de la competencia.
B. La modernización de los
sistemas de formación, que perciben en ese enfoque un referente válido para
optimizar los insumos del diseño curricular y organizar la enseñanza y
aprendizaje en torno a la
construcción de capacidades para llegar a ser competente.
Que son las competencias
Las competencias fueron definidas por François
Lasnier (2000) como un “saber hacer complejo resultado de la integración,
movilización y adecuación de capacidades y habilidades (cognitivas, afectivas, psicomotoras
o sociales) y de conocimientos utilizados eficazmente en situaciones
similares”. A su vez, Perrenoud (1999) las definió como la “capacidad de actuar
de manera eficaz en un tipo definido de situación, capacidad que se apoya en
conocimientos, pero no se reduce a ellos”.
Ambas definiciones coinciden en destacar que no hay
competencias sin capacidad de transferir el conocimiento a una situación
práctica concreta.
Pero las características de las competencias incluyen
otras que, en su totalidad, nos ofrecen el cuadro siguiente:
1) Integran habilidades y
conocimientos (ambos de tipo conceptual, afectivo, psicomotor y social).
2) En ellas se involucran
indisociablemente la teoría y la acción. Efectivamente, el desarrollo de las
competencias permite la transferencia de los conocimientos a situaciones prácticas,
donde los contenidos cognitivos se vuelven guías de la acción. Una acción por
competencias es una acción informada, producto y consecuencia de “saber hacer”
algo.
3) Son respuestas adaptativas a los
requerimientos del medio.
4) Permiten, una vez adquiridas,
transferir el conocimiento a situaciones nuevas. A diferencia de la definición
de Lasnier (2000), que destaca la semejanza de las situaciones, preferimos
destacar la novedad de las mismas pues la transferencia a situaciones
semejantes puede darse en forma mecánica (o sea, no competente), en cambio, no
es posible transferir un conocimiento a una situación nueva y diferente, si no
se posee la o las competencias que así lo permiten.
5) El llamado “pensamiento lateral”
caracterizado por el uso creativo del conocimiento sólo es posible cuando se
posee la metacompetencia de
aprender a aprender por competencias.
6) Las competencias no son dones
innatos, son capacidades integrales que se desarrollan por mediación
pedagógica.
7) Las competencias están
interrelacionadas y mantienen entre ellas relaciones de fundamentación, es
decir que las competencias específicas se fundan en las competencias genéricas.
8) En el contexto de uso, el
predominio de una competencia no implica la anulación de las otras (Bellocchio,
2006).
El diseño
curricular basado en competencias
Una vez que hemos definido y analizado el constructo
“competencia”, trataremos el tema del diseño curricular basado en competencias.
En síntesis, se trata de elaborar un plan de estudios que, acorde con su nivel
y jerarquía, se oriente a facilitar en los alumnos el desarrollo de las competencias,
según su marco de fundamentación, para cada programa educativo. ¿Cómo se
construye un currículum basado en competencias? Principalmente, orientando los
componentes del mismo hacia el logro de aprendizajes significativos y
disponibles para su transferencia.
Es fácil enunciarlo, pero esta orientación debe darle
al currículum un sesgo especial tanto en los componentes del plan como en la
realización de las acciones formativas planificadas. Como dice Zabalza, el
currículum no surge de la nada ni es “una idea gloriosa que se le ocurre en una
tarde feliz a una mente privilegiada” (Zabalza, 2003). Es un documento que se construye,
en cada nivel de formación, considerando las necesidades del medio social y
dentro de ciertos marcos normativos, de distinta generalidad.
Veremos los pasos de construcción de un currículum
basado en competencias, en sus elementos principales.
- La definición del
perfil profesional
Este primer paso es
importante pues actuará como una guía de todo el proceso. Tanto los contenidos
que se seleccionen como las actividades de aprendizaje que se incorporen se
orientarán a la formación de un profesional competente, es decir, un egresado capaz
de aplicar sus conocimientos en respuesta a las necesidades del medio social y
laboral.
- La definición de los
objetivos
Estos deben comprender los
dos grandes aspectos de una formación por competencias: la adquisición del
conocimiento y el desarrollo de habilidades y destrezas para su aplicación;
pueden presentarse separadamente (objetivos de conocimiento y objetivos de
transferencia) o de un modo integrado, pero siempre debe reconocerse el
continuo de teoría y acción, donde el conocimiento se construye con el
propósito de servir para el desarrollo de una práctica informada.
- La selección de los
contenidos
Éstos se orientarán en
función de las necesidades sociales que se hayan priorizado a la hora de
construir como respuesta, un perfil profesional pertinente. Separar los
contenidos formativos de las necesidades a las que el egresado tendrá que
enfrentarse como profesional, equivale a entrenarlo para su desempeño en el
vacío. Por eso, la selección de los contenidos en un currículum basado en competencias
debe ser especialmente cuidadosa de la coherencia y pertinencia social de los
mismos.
- La incorporación de las
actividades
No pueden incluirse
contenidos sin prever que éstos tendrán que ser ejercitados en la construcción
de experiencias de aprendizaje en las que el alumno tenga la oportunidad de
poder transferirlos. La transferencia es, justamente, la ocasión para poder
evaluar la adquisición de la competencia.
- La metodología de la
enseñanza
Esta debe orientarse por
un enfoque constructivista crítico e incluyente que tenga en consideración:
1.
El papel activo del sujeto en la construcción
del conocimiento (desestimar el aprendizaje meramente memorístico, estimular la
comprensión y la generación de ideas a la solución de los problemas
propuestos).
2.
El manejo consiente de las herramientas
lógico-semióticas (incluir el desarrollo de competencias metacognitivas).
3.
Las necesidades del medio social y cultural
(explicitar los vínculos directos e indirectos de los contenidos de la enseñanza
con la posibilidad de solución de los problemas).
4.
El propio perfil profesional (tener presente,
desde el primer semestre, que todo lo enseñado o aprendido atienda a su conformación).
Clasificación
de las competencias
Existen distintas clasificaciones de las
competencias. Una de las más conocidas es la propuesta para el proyecto Tuning,
creado en Europa para articular el conjunto de los sistemas nacionales y
construir un espacio común en la educación superior, pero que ahora se está
intentando replicar en América Latina y el Caribe. En Tuning las
competencias se organizan en dos:
genéricas y específicas.
Competencias genéricas
Se describen como los atributos que debe tener un
graduado universitario con independencia de su formación específica. En ellas
se pueden recoger aspectos genéricos de conocimientos, habilidades, destrezas y
capacidades que debe tener cualquier titulado antes de incorporarse al mercado
laboral. Las competencias genéricas propuestas para América Latina se enlistan
a continuación:
1. Capacidad de abstracción, análisis y síntesis.
2. Capacidad para aplicar los conocimientos en la
práctica.
3. Capacidad para organizar y planificar el tiempo.
4. Conocimientos sobre el área de estudio y la
profesión.
5. Responsabilidad social y compromiso ciudadano.
6. Capacidad de comunicación oral y escrita.
7. Capacidad de comunicación en un segundo idioma.
8. Habilidades en el uso de las tecnologías de la
información y de la comunicación.
9. Capacidad de investigación.
10. Capacidad de aprender y actualizarse
permanentemente.
11. Habilidades para buscar, procesar y analizar
información procedente de fuentes diversas.
12. Capacidad crítica y autocrítica.
13. Capacidad para actuar en nuevas situaciones.
14. Capacidad creativa.
15. Capacidad para identificar, plantear y resolver
problemas.
16. Capacidad para tomar decisiones.
17. Capacidad de trabajo en equipo.
18. Habilidades interpersonales.
19. Capacidad de motivar y conducir hacia metas
comunes.
20. Compromiso con la preservación del medio
ambiente.
21. Compromiso con su medio socio-cultural.
22. Valoración y respeto por la diversidad y
multiculturalidad.
23. Habilidad para trabajar en contextos
internacionales.
24. Habilidad para trabajar en forma autónoma.
25. Capacidad para formular y gestionar proyectos.
26. Compromiso ético.
27. Compromiso con la calidad.
Competencias específicas
Las competencias específicas han sido definidas como
los atributos que deben adquirir los futuros graduados durante la estancia en
la universidad, vinculadas con una disciplina y profesión; son las que confieren
identidad y consistencia a un programa específico. Tuning América Latina
considera competencias específicas para distintas carreras o áreas temáticas,
como administración de empresas, arquitectura, derecho, educación, enfermería,
física, geología, historia, ingeniería civil, matemáticas, medicina y química.
La
evaluación de las competencias
Tratándose de un diseño curricular por competencias,
la evaluación tiene que centrarse en la construcción de la práctica informada.
No habrá de evaluarse la capacidad de retentiva sino la disponibilidad del
conocimiento para dar soluciones adecuadas y creativas a los problemas. Éstos
deberán recrear situaciones verosímiles, donde el alumno ensaye su desempeño en
escenarios laborales posibles y, a medida que transcurra la formación, la
evaluación podrá ser trasladada a escenarios reales. Se recomienda el empleo de
técnicas evaluativas no convencionales, como resolución de problemas, método de
casos y diálogos de evaluación dinámica5. Enseguida se presentan diferentes
técnicas evaluativas y su relación con las principales competencias que
permiten evaluar.
Tabla 1. Relación entre técnicas evaluativas y
competencias
Técnicas de
evaluación de los aprendizajes, compatibles con un curriculum basado en
competencias
|
Principales
competencias que permiten evaluar
|
Mapas mentales:
reconstrucción en un diagrama, de la imagen que se posee sobre el significado
de un conocimiento.
|
Organización de las ideas
Manejo de términos
específicos Relación con otros conocimientos
|
Mapas conceptuales: cuadro que muestra el orden de
los
conceptos, bajo relaciones de inclusión lógica, que
revelan su extensión y jerarquía.
|
Orden de los conceptos
Precisión de los significados de los términos
|
Solución de problemas: identificación o definición
precisa de algún problema y exploración de sus posibles soluciones.
|
Creatividad
Transferencia de conocimientos
|
Método de casos: análisis y comprensión de casos
reales, con información relevante obtenida a partir de entrevistas, que se
vuelca en un ensayo.
|
Capacidad de análisis y
comprensión
Expresión escrita correcta
Conocimiento del tema
|
Proyectos: investigaciones sobre tópicos previamente
definidos, de interés teórico-práctico para el estudiante y la asignatura.
|
Independencia teórica
Expresión escrita exploratoria correcta
|
Diario de clase: registro de las principales
experiencias lectivas del grupo. Se realiza en forma rotativa, por cada uno
de los miembros, ofreciendo un testimonio de valor individual y colectivo
sobre la marcha de un curso. Se lee ante el grupo.
|
Capacidad de autoevaluación y
selección de experiencias
relevantes Co-evaluación grupal
|
Debate: técnica de discusión grupal o individual que
permite medir conocimientos y capacidad argumental de los participantes.
|
Expresión oral correcta en
discusiones
Capacidad argumentativa Conocimiento del tema
|
Técnica de la pregunta: interrogación dirigida por
el maestro para evaluar distintos grados de pensamiento, a nivel cognitivo y
metacognitivo.
|
Expresión oral correcta en diálogos
Conciencia metacognitiva
|
Ensayos: exámenes escritos, de respuesta libre,
donde el alumno organiza la información en torno a algunos ejes temáticos.
|
Expresión de organización escrita
Correcta
Ajuste a tiempos predeterminados
|
Portafolios: archivo de trabajos que permitan
monitorear el proceso de aprendizaje de los alumnos, a lo largo del tiempo.
|
Proceso de cambios en diferentes competencias
|
Evaluación dinámica: aprendizaje mediado con guía
mayéutica, que debe culminar en respuestas correctas.
|
Capacidad discursiva
Seguimiento argumental
Insight
|
Fuente: Dirección General de Educación Superior,
Universidad de Colima
Los tiempos de
adquisición de las competencias
El tiempo de adquisición de una competencia no es el
mismo que el del mero aprendizaje. Si bien no hay competencia sin aprendizaje,
puede haber aprendizaje sin competencia. Cuando el conocimiento no es
suficiente para orientar la acción, el aprendizaje aún no constituye
competencia; sólo existe si se ha desarrollado concomitantemente la habilidad
para transferir el aprendizaje.
Tratándose de un proceso más largo y complejo que el de la simple adquisición
de un conocimiento, el desarrollo de competencias no puede desconocer ritmos
personales de aprendizaje ni dificultades institucionales con las que suelen tropezar
los procesos pedagógicos, entre las cuales, a nuestro juicio, la principal es
la que representan los docentes cuando aún no han desarrollado sus propias
capacidades pedagógicas. Por lo tanto, el desarrollo de las competencias debe
ser parte de los propósitos generales de los programas educativos, fines a los
que cada asignatura debe contribuir en forma gradual y convergente.
Sugerencia para trabajar por
competencias
Para finalizar este capítulo proponemos algunos
elementos para la planeación y desarrollo de la enseñanza y el aprendizaje
según Gimeno Sacristán (2005).
a)
Enfocar la materia u objeto de enseñanza
como un campo cultural. Partir y ocuparse de contenidos relevantes y actualizados,
con sus vivos problemas, considerando las dimensiones siguientes:
- Las asignaturas son
construcciones históricas, objetos de conocimiento que se rehacen,
obteniendo la condición de provisionalidad.
- El contenido específico
del área de que se trate.
- El contenido como
tradición que se actualiza permanentemente.
- La oportunidad del
avance, atendiendo a lo que es problemático y controvertido, es decir los
consensos y disensos en la asignatura.
- Conocimiento
contextualizado social e históricamente.
- Proyecciones y
aplicaciones sobre la realidad, la sociedad o la vida.
- Interrelaciones entre
materias (interdisciplinariedad).
- Pluralidad de métodos y
paradigmas.
b)
Reglas mínimas a considerar en la
planificación y desarrollo de la enseñanza.
- El diseño de programas de
enseñanza no es sólo la selección de contenidos, también hay que prever
lo siguiente:
- Contar
con un currículum global que se compone de principios integradores de
continuidad vertical (a lo largo del plan de estudios), continuidad
horizontal (coordinación entre lo hay que aprender simultáneamente) e
interdisciplinariedad.
- Secuencia
de contenidos y de actividades, mostrando la continuidad del currículum,
graduando las con metas accesibles.
- Coordinación
del tiempo disponible del alumno entre los requerimientos para
diferentes materias.
c)
Programación del desarrollo del proceso
de enseñanza y aprendizaje, la cual requiere:
- Plan de trabajo
detallado, flexible y realista.
- Precisión de las fuentes
de información.
- Precisión de las tareas a
realizar dentro y fuera del aula y de la escuela.
- Considerar el tiempo del
alumno planteándole con realismo las exigencias.
- Explicitar y acordar el
sistema de evaluación.
d)
Orientaciones para la realización de la
enseñanza:
o Métodos
de enseñanza y de aprendizaje adecuados a cada contenido y competencia que
quiera conseguirse.
o Posibilidades
de acción de los saberes y de las habilidades adquiridas: en la expresión
personal, en el ejercicio de la crítica, las actividades sociales,
profesionales y no profesionales.
o Utilizar
al máximo recursos documentales y los proporcionados por las redes de
información.
o Buscar
situaciones posibles de aplicación, por ejemplo resolución de problemas,
estudio de casos, trabajos de campo o manejo de modelos.
o Buscar,
ordenar y depurar la información existente.
o Capacitar
al alumnado en el dominio de lenguas y lenguajes.
e)
Evaluación:
o Dar
conocer a los estudiantes sus obligaciones en cada materia, el tipo y el
alcance de su trabajo, así como la forma y criterios con los que será evaluado.
f)
Actitudes positivas:
o Los
profesores deberán de respetar lo pactado a la hora de evaluar.
o Fomentar
las virtudes intelectuales de respeto por la verdad, el ejercicio de la crítica
de las ideas, ética del conocimiento o de las aplicaciones técnicas.
o Reconocimiento
de las ideas, hallazgos y descubrimientos de otros.
o Promover
la iniciativa y autonomía del alumno.
o Fomentar
y valorar la honradez intelectual, el entusiasmo y el convencimiento del
profesor sobre la materia o unidad de enseñanza transmitiendo credibilidad y
compromiso intelectual.
o Ser
humildes y reconocer sus propios límites.
g)
La calidad del aprendizaje. El
aprendizaje de calidad es una meta que implica la necesidad de partir de un
contenido relevante para incorporarlo al sujeto como saber significativo en su
capacitación, para lo cual es necesario considerar los factores siguientes:
o Estimular
el aprendizaje mediante síntesis, extrapolaciones, interpretaciones y
aplicaciones.
o Aprender
para saber es algo más que adquirir información. El contenido debe convertirse
en parte de su forma de pensar y actuar, que se asimile como una competencia que
se va construyendo.
o Participar
en situaciones de aprender por descubrimiento.
Los cinco
currículos concurrentes de Posner
La
teoría del currículo comienza a constituirse a principios del siglo XX y pone
en duda lo que las tradiciones habían ido acumulando a través del tiempo. Este
proceso estuvo acompañado por una revisión crítica acerca de su importancia
dentro del sistema educativo.
Varios
autores han coincidido acerca de poner en claro, que no sólo existe un
currículo explícito u oficial entendido como “la descripción de planes y
programas, materiales didácticos sugeridos, guías curriculares y objetivos que
el sistema educativo vigente aspira alcanzar mediante la aplicación de planes”.
Se le entiende como inflexible, ya que en la puesta en práctica de lo
planificado intervienen diversos elementos humanos, materiales y circunstancias
que lo hacen dinámico, y por lo tanto, sujeto a modificaciones valederas.
La
existencia de otros currículos puede ser abordada del siguiente modo de acuerdo
a como lo propone Posner (2007):
El
currículo oficial, o currículo
escrito, se documenta en diagramas de alcance y de secuencia, programas de
estudio, guías curriculares, esquemas de rutas, estándares y listas de
objetivos. Su propósito es proporcionar a los profesores una base para planear
lecciones y evaluar a los estudiantes y ofrecer a los directivos una referencia
para supervisar a los profesores y responsabilizarlos de sus prácticas y
resultados.
Figura 1. Currículo oficial
El
currículo operativo consiste en lo
que el profesor realmente enseña y cómo comunica su importancia al estudiante.
El currículo operativo tiene dos aspectos: 1) el contenido incluido y el
énfasis que le da el profesor en clases, por ejemplo, lo que realmente enseña,
2) los resultados del aprendizaje o los estándares que son responsabilidad de
los estudiantes, es decir, lo importante. Lo primero es indicado por el tiempo
que asignan los profesores a los temas y los tipos de los aprendizajes
esperados. Los currículos enseñado y evaluado son aspectos del currículo
operativo, independientemente de su semejanza con el currículo oficial. El
currículo operativo puede tener marcadas diferencias con el oficial, debido a
que los profesores tienden a interpretarlo a la luz de sus propios conocimientos,
creencias y actitudes.
Figura 2 Currículo operativo
El
currículo oculto suele no ser
reconocido oficialmente por las escuelas, pero tiene un impacto más profundo y
duradero en los estudiantes que los currículos oficial u operativo. Las
escuelas son instituciones y como tales representan una serie de normas y
valores. Los mensajes del currículo oculto se relacionan con problemas de
género, clase y raza, autoridad y conocimiento escolar, entre otros. Entre lo
que enseña el currículo oculto están las lecciones sobre los roles sexuales, la
conducta “apropiada” para los jóvenes, la diferencia entre trabajo y juego,
cuáles son los niños que pueden tener éxito en varios tipos de tareas, quien
tiene el derecho de tomar decisiones por quién, y qué clase de conocimiento se
considera legítimo.
Figura 3 Currículo oculto
El currículo
nulo consiste en las materias que no
se enseñan, por lo que cualquier consideración al respecto debe centrarse en
por qué se ignoran esos temas. ¿Por qué sucede, por ejemplo, que no se enseña
psicología, baile, legislación y responsabilidad familiar y sin duda estas
materias no compiten con las “cuatro grandes”, es decir, lenguaje, ciencias
sociales, matemáticas, y ciencias? Las diferencias culturales en el currículo
nulo nos sirven para estar conscientes de las suposiciones implícitas en el
currículo de las escuelas de Estados Unidos.
Figura 4 Currículo nulo
El
currículo adicional comprende todas
las experiencias fuera de las materias escolares. Contrasta con el currículo
oficial por su naturaleza voluntaria y su capacidad de respuesta a los
intereses de los estudiantes. No está oculto, sino que tiene una dimensión
abiertamente reconocida de la experiencia escolar. Aunque parezca menos
importante que el currículo oficial, en muchas formas es más significativo.
Considere las lecciones acerca de la competencia, “el juego limpio”, y la
participación en equipo que se aprende en el campo de juego. Piense también en
el poder y la influencia de la mayoría de los directores deportivos. Entre los
aspectos significativos que ilustran la dimensión política del currículo
adicional están el modo en que las actividades extracurriculares se distribuyen
entre los estudiantes (por ejemplo, cuales segmentos de la población participan)
y el grado en el que el currículo adicional apoya y compite con el horario del
currículo oficial, por ejemplo, ¿debe el profesor de teatro ajustar su horario
de ensayos con el de la práctica de basquetbol o viceversa?
Figura 5 Currículo adicional
Los
cinco tipos de currículos contribuyen significativamente a la educación de los
estudiantes. Sin embargo, lo más importante que hay que comprender es que,
conforme se analice un currículo oficial, necesitaremos preguntarnos como
afectaran los otros cuatro currículos al oficial.
Elementos del currículo
Para
el perfeccionamiento de un currículo adecuado, que permita un desarrollo
competitivo y de calidad para los alumnos y represente una herramienta eficaz,
eficiente y de fácil aceptación por parte de los docentes y los alumnos, se
debe tomar en cuenta los siguientes elementos:
Objetivos y contenidos: cuando se hace referencia a los
objetivos se habla de los procesos de crecimiento personal a los que se desea
llegar, facilitando y llevando a los alumnos al proceso de enseñanza. Los
objetivos se convertirán en el norte a
seguir en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Por otra parte, los contenidos
hacen referencia a la experiencia social y cultural organizada de forma tal que
permita la interrelación con los demás miembros de la comunidad.
Criterios para ordenar, secuenciar y
distribuir los objetivos y los contenidos: se debe realizar en función de lo que
son capaces los alumnos de hacer y aprender en un momento determinado. Los
objetivos y los contenidos, deben plantearse de forma interrelacionada a lo
largo del periodo académico.
Planificación de las actividades y
recursos necesarios: en
la actualidad, existe diversidad de caminos para lograr las metas planteadas.
No hay un método infalible, sino por el contrario, métodos diversos. Por tal
motivo, se debe seleccionar cuál es el mejor y más adecuado a la realidad
educativa para la cual se selecciona. En esta etapa, la experiencia docente
juega un papel importante en la toma de decisión, por tanto, es una elección
que se realiza en el momento de la puesta en marcha del currículo, debido a que
no todos los grupos de estudiantes son iguales.
Evaluación del proceso: en este momento se evalúa el
cumplimiento o no de los objetivos planteados, es decir, el rendimiento de los
alumnos, así como la evaluación del diseño realizado por el equipo de
profesores.
Es
en este momento donde se debe observar si lo planificado se ajusta o no a la realidad
de los alumnos, a sus posibilidades y capacidades, y al contexto sociocultural
en el que está ubicado el centro. Por otra parte, se debe detectar si los
alumnos han logrado desarrollar las capacidades señaladas en los objetivos
generales y si se han realizado el oportuno aprendizaje de contenidos
conceptuales, procedimentales y actitudinales adecuados a su edad. (Posner, 2077)
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